dijous, 25 de febrer del 2016

ECONOMIA A ESPANYA I A CATALUNYA (III)


EL SECTOR TERCIARI

·         Què contempla aquest sector ? 

·         Auge del sector i terciarització de l’economia
                                    El mapa turístic espanyol és aquest:

              I el mapa de les zones a Catalunya aquest altre:
D'on  són els turistes estrangers que venen a Espanya?
                           Países de origen 
                               I els que venen a Catalunya ho fan des de....
                       

ECONOMIA A ESPANYA I A CATALUNYA (II)


Us passo diversos mapes, fotos i gràfics per complementar el tema.

Sector primari:

                          

Paisatges:
1. Paisatge oceànic
D'aquesta foto hem de parlar de: vegetació de bosc caducifoli, minifundis, camps tancats, ramaderia semiextensiva, rural dispers. Nord d'Espanya: Cantàbria, Astúries, País Basc...

2. Paisatge mediterrani

 Horta, policonreu, parcel·les petites o mitjanes, regadiu, zona mediterrània (València, p.ex)

3. Paisatge d'interior


A destacar: secà, monoconreu, secà, cereals,  parcel·les mitjanes o grans, tecnificació i poca mà d'obra. (Meseta, p.ex.)


Sector secundari: indústria.

Aquí teniu una explicació extreta d'un portal del ministeri. Jo poso una sèrie de mapes segons sigui l'explicació.

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Història de la indústria espanyola
España se incorporó tardíamente a la primera revolución industrial del siglo XIX, que sólo alcanzó a algunas comarcas de Cataluña, el País vasco o Asturias, especializadas en actividades textiles o minerometalúrgicas. A partir de los años sesenta del siglo XX, España se convirtió ya plenamente en un país industrializado y desde entonces ha reforzado esa posición.

Actualitat
En la actualidad, España ocupa el octavo lugar entre las potencias industriales del mundo por el valor de la producción obtenida. Dentro de la Unión Europea, sólo se sitúa por detrás de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. Pero los dos países más industrializados del mundo son Estados Unidos y Japón, mientras otros asiáticos como China, Corea del Sur o India están entre los que ahora crecen con mayor rapidez, junto con Rusia, que parece haber superado la grave crisis de los años 90. En los últimos años se produce la llamada deslocalización, con el traslado de empresas desde los antiguos a los nuevos países industriales, con costes laborales más bajos, pero también una población cada vez más cualificada.


De todos modos, la evolución sectorial del empleo en España demuestra que la importancia relativa de la industria se reduce desde hace tres décadas, ante el rápido crecimiento de los servicios, aunque sigue generando muchos más puestos de trabajo que el sector agrario. Aunque eso no significa que haya disminuido la producción obtenida, pues aumenta con rapidez la productividad industrial por empleado, debido sobre todo a las mejoras tecnológicas (mecanización, automatización…) y a una mejor organización del trabajo en las empresas.
La distribución espacial de la industria en España refleja grandes contrastes, tanto por lo que se refiere a las personas ocupadas, la producción obtenida o las inversiones de capital que deben hacer las empresas para comprar y renovar su maquinaria e instalaciones, adquirir las materias primas, pagar los salarios, etc. Esa desigual localización no es casual, sino que se relaciona con la presencia de factores que atraen a las empresas hacia determinados territorios y no hacia otros: buenas comunicaciones, recursos naturales, áreas urbanas con mucha mano de obra y capacidad de consumo, cultura empresarial, etc.

  
Localització
Las principales concentraciones industriales en España están en las provincias de Barcelona y Madrid, que suman en conjunto más de una tercera parte de los ocupados y la inversión industrial en España. Les siguen en importancia algunas provincias situadas en el eje del Ebro (Zaragoza, Navarra) y las del País Vasco, junto a otras localizadas en el eje del Mediterráneo (Valencia, Alicante…) y Sevilla. Por el contrario, la menor industrialización corresponde a los dos archipiélagos y a buena parte de las provincias interiores, con algunas excepciones como Valladolid, Burgos o Toledo.
Como contrapartida, las regiones más industrializadas son también las que generan mayor cantidad de residuos peligrosos, sobre todo aquellas que se especializan en actividades de mayor riesgo por los productos o procesos que utilizan, como la siderometalurgia, la química básica y la petroquímica.
Pero los procesos de deslocalización hacia territorios con menores costes (del suelo, de los salarios, etc.) están cambiando en los últimos años esa distribución. La evolución del empleo industrial muestra que las áreas más dinámicas en la creación de esos empleos ya no son las de mayor tradición y volumen industrial, que en su mayoría pierden ahora puestos de trabajo, sino otras del interior peninsular y de otras provincias con escasa presencia hasta ahora de esta actividad.
En cambio, las regiones más desarrolladas del país siguen concentrando aquellas industrias con mayor capacidad de innovación y productividad (electrónica e informática, farmacéutica, aeronáutica, fabricación de vehículos…), que exigen ciertas condiciones para su localización: trabajadores con buena formación, servicios especializados (de ingeniería, consultoría, informáticos…), centros de investigación, etc. Por eso, la distribución del gasto de las empresas enactividades innovadoras según Comunidades Autónomas vuelve a mostrar la hegemonía de Cataluña y Madrid, frente a su escasez en regiones interiores o del litoral cantábrico, especializadas en actividades que gastan menos en innovación (alimentación y bebidas, confección, calzado, metalurgia, etc.).

  


1.-Los sectores fundamentales: industria de base e industria de bienes de consumo.
2.-Los sectores tradicionales: la metalurgia, la siderurgia, la industria naval y la industria textil.
3.-Los sectores dinámicos: automoción, industria química e industria agroalimentaria.
4.-Los sectores de vanguardia y las nuevas tecnologías.

1.-Los sectores fundamentales: industria de base e industria de bienes de consumo.
       Las actividades industriales se agrupan en torno a sectores que se identifican por el destino final de los bienes producidos o de acuerdo con la naturaleza u origen de las materias primas utilizadas.
      Según el primer criterio, distinguimos entre industrias de base, de bienes de equipo y de bienes de uso y consumo.
      Las industrias de base ocupan  el primer eslabón en la cadena industrial, pues transforman las materias primas en productos semielaborados que, a su vez, son empleados como materia prima por otras industrias. Un buen ejemplo serían las industrias siderúrgica y petroquímica. Las industrias de bienes de equipo producen bienes, máquinas o herramientas, que son utilizadas por otras industrias en sus proceso fabriles. Las industrias de bienes de uso y consumo transforman materias con distinto grado de elaboración o productos diversos en bienes que son usados o consumidos directamente por la población.
      Asimismo, los sectores industriales pueden establecerse considerando sus características generales; de este modo, distinguimos entre los sectores industriales tradicionales, los sectores dinámicos y los sectores de vanguardia.

2.-Los sectores tradicionales: la metalurgia, la siderurgia, la industria naval y la industria textil.
            Entre los sectores tradicionales de la industria española incluimos aquellos que tuvieron una importancia capital en todo el proceso de industrialización contemporánea y que se relaciona con los metales.
      La metalurgia básica, tanto por ser la base de actividades industriales como por su dimensión económica, generación de empleo, conexión de otros sectores económicos, como la minería, etc., constituye uno de los principales sectores de la industria española.
      La industria metalúrgica más destacada del hierro, es decir, la siderurgia, en sus dos modalidades: la siderurgia integral, que obtiene acero en los altos hornos a partir del mineral de hierro, y la no integral, que lo obtiene en hornos eléctricos a partir de la refundición de la chatarra
      La industria siderúrgica se consolidó en el País Vasco, para luego extenderse al Mediterráneo (Altos Hornos del Mediterráneo) y a Asturias (Ensidesa). Tuvo un gran impulso en las actuaciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Industria, que construyó grandes acerías, explotadas por empresas públicas. Su sobredimensionamiento con relación a las necesidades españoles fue una de las causas que originaron su crisis, razón por la cual fue necesaria una fuerte reconversión que tuvo importantes repercusiones sociales. La siderurgia no integral, en cambio, responde a una estructura empresarial de menor tamaño y que su ámbito de implantación se extiende también a Navarra, Asturias y Cataluña.
      Muy relacionada con la industria siderúrgica está la de transformados metálicos, que fabrica una gama de productos que abarca desde la ferretería hasta la maquinaria; va asociada a la pequeña y mediana empresa y tiene una mayor dispersión  espacial, aunque se localiza preferentemente en los tres hogares  clásicos de la industria española: País Vasco, Cataluña y Madrid.
      Mucho más reciente en la cronología industrial es la fabricación de electrodomésticos,  que, por la naturaleza de los componentes que utiliza, tienen una clara filiación con las industrias metalúrgicas. Ha alcanzado una significación extraordinaria por su condición de abastecedora de bienes de uso a los hogares modernos. Su expansión fue paralela a las transformaciones experimentadas por la sociedad en los años 60. En principio, fue una industria muy atomizada en empresas de tamaño medio, aunque después sería reestructurada mediante procesos de concentración industrial.
      La construcción naval  es otro de los sectores más importantes de nuestra industria tradicional. Por iniciativa del INI se construyeron grandes astilleros en enclaves significativos del litoral (Ferrol, Cádiz). Su estructura empresarial era la de grandes empresas públicas (Astano, Empresa Nacional  Bazán) especializadas en la construcción de buques petroleros y graneros,  y con los cuales España ocupó un lugar de privilegio en la lista de países constructores. Además de los grandes astilleros, existen empresas de menor tamaño dedicadas a la construcción de barcos de pesca o de recreo.
      La crisis del petróleo afectó a la industria de construcción naval; por un lado, se evidenciaron las deficiencias estructurales de nuestros astilleros, por otro, el encarecimiento del crudo obligó a transportarlo en barcos de tonelaje medio. A partir de 1990 descendió la construcción de barcos y el sector concluyó una dura reconversión industrial, que generó desempleo y cuyos efectos sociales trataron de paliarse con incentivos y concesión de zonas de urgente reindustrialización (bahía de Cádiz).
      Los sectores de la industria textil, del cuero y del calzado son, igualmente muy importantes en el tejido industrial español. La industria textil catalana constituyó uno de los pilares de la industrialización, aunque con el correr de los tiempos experimentó cambios profundos, unos relacionados con la sustitución de las fibras orgánicas (lana, lino, algodón) por fibras de origen químico, y otros relacionados con la reestructuración de las empresas, que han aumentado de tamaño al concentrarse multitud de pequeñas fábricas en unidades de producción más competitivas.
      La industria de la confección es una rama derivada de la industria textil que ha surgido a medida que la población demanda confecciones en lugar de tejidos. Está formada por un enjambre de pequeñas industrias que, al igual que la industria del calzado, se encuentra muy dispersa, aunque se extiende, sobre todo por las regiones mediterráneas.

3.-Los sectores dinámicos: automoción, industria química e industria agroalimentaria.
      Otros sectores industriales, como los de automoción, químico y agroalimentario, presentan un mayor dinamismo, que procede de su condición de abastecedores de bienes y productos absolutamente imprescindibles en el funcionamiento de la propia sociedad industrial. Por lo general, son actividades con un alto componente tecnológico, tributarias de grandes inversiones y capital multinacional, y de grandes instalaciones fabriles.
      El sector del automóvil  se desarrolló en España en la década de 1960, siendo, a su vez, uno de los impulsores del crecimiento económico. Prosperó bajo la protección estatal y al amparo de las inversiones realizadas por grandes marcas multinacionales y por el INI. Constituye un sector de gran influencia en la economía,  por su capacidad de activar las numerosas empresas de las que recibe componentes.
      España cuenta con importantes plantas de fabricación de automóviles distribuida por toda la geografía nacional (Madrid, Barcelona, etc) y es uno de los sectores exportadores de nuestra economía. La industria automovilística sufrió los efectos de la reconversión, que estuvo muy centrada en el saneamiento técnico y financiero, el cual fue posible con el concurso de inversiones extranjeras y estatales.
      El sector químico se articula en torno a la industria petroquímica y a la industria química de transformación. La primera constituye la química de base, que se lleva a cabo en grandes complejos industriales, por lo general asociados a las refinerías de petróleo (Huelva, Algeciras, Cartagena, etc.) Es tributaria de grandes capitales, por lo común extranjeros.
      La industria química de transformación obtiene productos diversos, como pinturas, fertilizantes, etc.,  que se elaboran en establecimientos fabriles de mucho menor tamaño, con un alto grado de dispersión espacial, aunque su localización preferente coincida con las regiones más industrializadas del país: País Vasco, litoral  catalán y en el área metropolitana de Madrid.
      El sector agroalimentario se caracteriza por la diversidad en cuanto a la naturaleza de los productos, los procesos de transformación, la estructura empresarial, la distribución geográfica de las fábricas, etc. Consiste en un proceso de transformación de los productos agrarios impuesto por la disociación entre zonas productoras y consumidoras. En general, predominan las fabricas pequeñas y medianas que coinciden en su mayoría con las áreas de regadío, aunque también se han establecido grandes empresas multinacionales, cuya presencia podría ser muy importante en ramas como la de los derivados lácteos, la del aceite, la del azúcar, etc.

4.-Los sectores de vanguardia y las nuevas tecnologías.
      A la vanguardia de la industria y con una clara proyección de futuro se hallan los sectores de tecnología punta, que aportan descubrimientos, nuevos materiales, sistemas y medios para la mejora de la producción industrial. A partir de estos elementos, se habla de una nueva revolución industrial. Su importancia radica en la inusitada importancia que ha alcanzado la tecnología en el mundo contemporáneo, donde el valor de los bienes industriales no radica tanto en el de sus componentes materiales como en el de sus componentes tecnológicos.

      Se trata de un sector que integra las distintas ramas de la electrónica y su desarrollo ha sido impulsado por la Administración, pues es completamente imprescindible para  en los restantes sectores industriales.



Aquí teniu un altre text, que lliga indústria espanyola i globalització:

Partamos pues, de un país en los albores de su industrialización. ¿Le afecta el fenómeno de la globalización? Evidentemente si. Pero de modo tanto positivo como negativo.

Desde el punto de vista positivo, la globalización puede ayudar a conformar un mercado internacional capaz de proporcionar a un país principalmente agrícola bienes de capital necesarios para iniciar los primeros proyectos de implantación industrial a cambio de productos agrarios y materias primas. Según los defensores de este fenómeno este equilibrio, que se alcanzaría con el libre intercambio en el mercado mundial, ayudaría a impulsar la industria a nivel nacional e internacional en aquellos países generalmente generadores de actividad primaria y con un nivel de vida más bajo.

Pero esta liberarización de capitales no es del todo así. De hecho ese libre mercado que propugnan los ideólogos liberales no es del todo "libre". Los grandes países, motores económicos del mundo, donde se concentra las mayores acumulaciones de riqueza, impiden el paso de productos agrarios o materias primas más baratos imponiendo aranceles o tipos impositivos más altos a esos productos. Esto último no ayuda a que se generen rentas suficientes en los países más subdesarrollados para impulsar su propia industria y así no depender casi totalmente del exterior.

Por otra parte, si analizamos el caso español, la industria nacional ha perdido mucho terreno el PIB en contraposición con el sector servicios. La industria española necesita un proceso de reconversión hacia las nuevas tecnologías, ya que un impulso en los sectores tradicionales no tendría sentido en un mercado mundial cada vez más feroz y competitivo. La otra opción sería llevar a cabo una política de proteccionismo, pero es evidente que España no cuenta con los recursos necesarios para ello (principalmente energía).

Como experiencia de esta fallida y obsoleta industria tradicional encontramos la franja norte cantábrica, donde sólo en focos como en País Vasco ha conseguido perdurar (a base de una fuerte inversión y reconversión).